Violencia obstétrica, un tema que necesita ser más visibilizado


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Por: Katia Berlanga Torres

La violencia obstétrica es una violación a los derechos humanos de la mujer. Afecta sus derechos sexuales, reproductivos y de salud.  Esta ocurre cuando el personal médico realiza prácticas o conductas que dañan la integridad durante el embarazo, el parto y la cuarentena postparto. 

Otras formas en la que se materializa es a través de comentarios degradantes, al ignorar cuando una paciente dice que se siente incómoda, y de manera más visible con prácticas médicas injustificadas de cesáreas, de anticoncepción forzada, de realizar una episiotomía (corte para ampliar la vagina durante el parto), de las técnicas de aceleración del parto, de programar cesáreas por conveniencia de horarios del doctor o doctora, entre otras. 

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), de 2016 a 2021, tres de cada 10 mujeres que tuvieron un parto en México, sufrieron de violencia obstétrica. Según el INEGI, esto es el 31.4% de mujeres de 15 a 49 años que tuvieron un parto, lo cual significa que 2 millones 455 mil mujeres sufrieron alguna forma de este tipo de violencia. 

Por su parte, Nuevo León pasó de ocupar el lugar 30 al 16 a nivel nacional durante los últimos cinco años (INEGI, 2022).

El Diplomado en Derechos Humanos en la UDEM, organizado conjuntamente por la UDEM y la CEDHNL, presentó durante su onceava edición, el tema de los derechos humanos con perspectiva de género. Uno de sus enfoques se dio en el tema de la violencia obstétrica, el cual fue impartido por Alejandra Vargas, directora de Douglas, A.C. 

Para abordar esta problemática, Vargas estipuló que la violencia obstétrica afecta a las mujeres en un momento de vulnerabilidad y se constituye debido a la gran falta de información que hay sobre el asunto. Hay mujeres que no autorizan los procedimientos médicos que les realizan y también hay quienes autorizan con desconocimiento sobre cuál sería la mejor opción para ellas o sobre el impacto que esto tendrá en su salud. 

Muchas mujeres no se dan cuenta de que fueron violentadas y asimismo, los médicos no suelen percatarse de cuando realizan una agresión puesto que no tienen intención de lastimar. Sin embargo, lo hacen ya que las prácticas que realizan son tradiciones muy arraigadas y por ende aceptadas, como lo es el hecho de realizar cesáreas innecesarias.

Vargas agregó que es necesario que la mujer cuente con posibilidades para parir dignamente como lo son las casas de parto, las acompañantes (douglas) o el método de parir de pie. Esto ya que la evidencia científica respalda a los partos naturales como preferentes para evitar procesos médicos que sean riesgosos para la salud tanto de la mujer como de su hijo o hija.

La violencia obstétrica no se puede abordar solo desde el aspecto médico, sino que también se necesita una óptica interdisciplinaria incluyendo a la psicología y a la sociología. Durante la experiencia de la maternidad, la mujer debe ser escuchada. Ella, sus acompañantes, su médico y otros agentes involucrados deben ser informados correctamente antes de tomar decisiones, concluyó. 

Tomando en cuenta las estadísticas y la gravedad de esta violación a los derechos humanos de la mujer, necesitamos visibilizar más esta problemática, con el fin de establecer estrategias de prevención y reparación a las mujeres. Toda persona tiene derecho a vivir su sexualidad y su parto de manera libre y digna. 

No se debe quitar responsabilidad a los profesionales de la salud que realizan esta violencia y aunque a veces se da sin propósito de dañar, deberían comenzar a informarse más sobre las formas en que la violencia obstétrica puede llegar a pasar desapercibida.

Con el objetivo de motivar la participación ciudadana y para garantizar un tratamiento informativo adecuado frente a los contenidos presentados, los invitamos a escribir a [email protected] en caso de dudas, aclaraciones, rectificaciones o comentarios.

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