Por Abril Díaz y Daniela Fuentes
¿Te gustaría conocer a alguien que te devuelva la fe en la humanidad? Te presentamos a Mariana Elizalde de 23 años de edad, una estudiante de ingeniería biomédica en la UDEM que le da la oportunidad a las personas de tener mejores experiencias de vida, todo a través de su carrera y su proyecto Hands by Hands.
Mariana siempre había querido estudiar una carrera en la que tuviera la posibilidad de que lo que creará pudiera trascender en la vida de las personas. Durante casi toda su vida, había querido estudiar diseño gráfico, hasta que, en su último semestre de prepa, decidió que estudiaría ingeniería biomédica, ya que en secundaria y preparatoria estaba en equipos y concursos de robótica y le ganó el amor, le ganó el cariño por la tecnología y la programación, así que empezó a visualizar el diseño como un hobby.
Su proyecto Hands by Hands, nació de forma bastante curiosa, en forma de casualidad. Ella cuenta que, estaba tomando unos diplomados sobre impresión 3D y biomecánica, en donde, para el proyecto final estaba la opción de comprar una prótesis en piezas y armarla; al ver que el costo era elevado, decidió hacerlo ella misma en su impresora 3D (la cual tenía por hobby), así que comenzó buscando modelos en internet ya existentes para imprimir uno y hacerlo, pero en la búsqueda encontró la página de una asociación a nivel mundial que se encarga de hacer prótesis y donarlas a las personas. La asociación llamada e-NABLE, le proporcionó archivos y planos para descargar y los integrantes la adiestraron en el proceso desde cómo funciona a cómo llevarla a cabo.
Poco a poco Mariana comenzó a crear su proyecto, formó a su equipo y junto con el apoyo de su familia y el 100% de la convocatoria de fondos estudiantiles de la UDEM, la estudiante y su equipo lograron comprar los materiales y herramientas para seguir adelante con su proyecto.
La primera prótesis del proyecto fue otorgada a un joven de 15 años. Su familia y él tuvieron que esperar cierto tiempo, ya que por ser el primero hubo errores y cosas a mejorar cada día, pero su paciencia nos ayudó a disfrutar el proceso junto con él.
Sin embargo, no todo el camino fue fácil, cómo explica Mariana en el siguiente audio.
Ella cuenta que sintió gran satisfacción al saber que todo el esfuerzo había valido la pena, pero lo que más la marcó fue el descubrir el verdadero significado de lo que estaban haciendo, la trascendencia y el sueño de ayudar a otros.
“¡La mayor emoción del chavo fue poder rascarse el brazo contrario!”
Mariana Elizalde (2022).
Tal vez Mariana había pensado en una gran cantidad de acciones, pero en esa acción, en esa simplicidad encontró el valor y trascendencia de lo que hace, de su proyecto. Esa memoria y sentimiento le han servido como motivación y recordatorio para seguir adelante con su proyecto, su carrera y con el sueño de ayudar a otros.