En búsqueda de su pasión por el arte

Sofía Gutierrez, estudiante de Arte y Pscicología Clínica, emprendió una aventura en Melbourne, Victoria, Australia buscando un nuevo sentido a lo que era el arte para ella. Desprendiéndose de su círculo social fue como se permitió conocer a nuevas personas que el camino le iba poniendo, siendo entre estas sus cuatro roomies mexicanas: Martha de Mochis, Paty de Zacatecas y Caro de Guadalajara.

Fotografías proporcionadas por Sofía Gutierrez.

Estudió un semestre en Victoria University, universidad en la que estuvo especializada en arte. Fue en su clase Proyect One donde se dio cuenta que le llamaba la atención el Arte Terapia y terminó descubriendo que la apasiona el tema. Debido a esto es que empezó a estudiar Pscicología Clínica, con el fin de hacer en un futuro la maestría en Arte Terapia.

«Esta clase era como una pre tesis, por lo que sentía que no permanecía ahí ya que no tenía idea de que tema hablar. Terminé eligiendo el tema del Arte Terapia, del cual solo había escuchado, y fue mi compañero de clase Trevor el que me contó más sobre este tipo de terapia que lo ayudó a si mismo a dejar los vicios.»

Conocer a Trevor y poder platicar con el fue una de las experiencias que más marcó el intercambio de Sofía, ya que le dio un giro a lo que sentía que quería hacer con su vida. Trevor la llevó al centro de rehabilitación Ozanan, donde conoció a una arte terapeuta y terminó por formar parte de las sesiones de Arte terapia.

«La primera sesión había un papel grande en una mesa con muchas crayolas. Nadie se acercaba a pintar hasta que la arte terapeuta empezó a hablar sobre los límites que las personas se ponen a si mismos y los que le ponen a los demás. Al ir avanzando en el tema, los que estábamos en la sesión empezamos a pintar sobre el papel, creando una pieza de arte que era creación de todos. Se me grabó mucho como cambió totalmente el ambiente de la sesión con el simple hecho de incluir el arte.

Sofía siguió asistiendo a sesiones hasta convertirse en la mano derecha de la arte terapeuta. Ahora confirma que independientemente de la forma en que se haga, el arte si sana. En cada sesión Sofía se sorprendía de los cambios que notaba en ella y sus compañeros conforme seguían las sesiones, siendo la historia de la siguiente foto adjunta un claro ejemplo de ello.»

«Un chavo no habló por 3 meses, pero estuvo pintando todo ese tiempo. Fue hasta que un día dijo «Sandwich, anybody?» y todos se quedaron sorprendidos. Nos dimos cuenta que habló justo cuando había terminado la pintura. Independientemente de la forma en que lo hagan, el arte si sana.«

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