Hablemos de protestas sin minimizarlas

“Agresión”, “violencia”, “disturbios”, “destrozos”. Estas son las palabras que más se utilizan últimamente al referirse a las marchas de protesta en México. Y, en efecto, estos son los aspectos que más suelen recordar las personas sobre las marchas que se han llevado a cabo este año. 

En lo que va de 2019, miles de personas inconformes han marchado en varios estados de la república en busca de ser finalmente escuchados. Se marcha por derechos de las mujeres, y por injusticias hacia las mismas; se marcha por los estudiantes, para que se les encuentre y también, para que no se nos olviden; se marcha por justicia, por respeto, por un cambio. Pero las cosas no cambian, entonces las personas se ven obligadas a cambiar sus maneras de protestar. 

Sí, ha habido destrozos en muchas de las marchas; sí, ha habido vandalismo, violencia y agresiones por parte de personas ajenas a la causa; y sí, lamentablemente gente ha resultado herida. Y es justo, es correcto hablar sobre estos aspectos de las marchas, porque son cosas que están sucediendo, pero si de hablar sobre las cosas que suceden se trata, entonces también debería de hablarse de las cosas que pasaron y que fueron las razones para que las personas salieran a protestar en primer lugar; si vamos a hablar de violencia, entonces hablemos de toda la violencia. Sí, hablemos de destrucción a propiedad privada, hablemos de periodistas malheridos, y si quieren considerarlo violencia, hablemos también de brillantina.

Pero entonces no olvidemos hablar de igual forma sobre las mujeres y alumnos violentados, atacados, desaparecidos, hablemos sobre las familias que viven en un estado de dolor constante por no saber qué fue de su hija, su hijo, su madre o su hermano; hablemos de la violencia que sufren los estudiantes de Celaya, hablemos de Francis Aguirre, de Humberto Martínez; hablemos de la injusticia que viven los familiares de los 43 normalistas, que al haber pasado 5 años de su desaparición aún no obtienen una respuesta certera y aceptable sobre su paradero; hablemos de que en México un promedio de 9 mujeres son asesinadas diariamente y alrededor de 99 sufren violencia sexual, hablemos de Izamar Méndez, de Galilea Huerta, de Estefanía “N”, de la joven de 17 años de Azcapotzalco; hablemos de todos estos casos que no han sido resueltos, estos que son las razones por las cuales se marcha. 

Es mejor que permitamos a las causas ser escuchadas, en lugar de minimizarlas basándonos únicamente en la forma en la que las personas protestan. 

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