Investigador de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Monterrey.

Philippe Stoesslé: “Lo ideal sería un cambio de política para el refugio”


Nuevo León se alista para recibir la llegada de más migrantes luego de concluir el Título 42. En este escenario, que se vislumbra como complicado, las autoridades deberán mejorar sus políticas migratorias y su sistema.

Philippe Stoesslé, investigador de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Monterrey, considera que existen muchos tabúes respecto a la migración, por lo que señala que debe crearse una política que respalde al refugiado y lo ayude a integrarse al país. Stoesslé forma parte de proyectos del albergue Casanicolás, ubicado en Guadalupe,  por lo que conoce de cerca la realidad de los migrantes.

Con el fin del Título 42 en Estados Unidos se prevé un incremento en la llegada de migrantes a Monterrey, ¿cómo vislumbras el escenario?

Si hago una previsión arriesgada, creo que sí va a haber un aumento de personas migrantes en Monterrey, pero será solo el golpe inicial, mientras integran los cambios impuestos por Estados Unidos.

¿Cuántos refugios para migrantes hay en México?

Un número preciso nadie lo tiene porque también hay varios que se la pasan abriendo o cerrando; hay públicos y privados. Nada más de la iglesia católica, que son de los más organizados, han de ser alrededor de 120 refugios a nivel nacional.

¿Los albergues tienen la capacidad para la llegada de más migrantes?

Es muy complicado tener una perspectiva porque los mismos gobiernos no te atienden, actúan con ocurrencias migratorias según las necesidades y las contingencias del momento. Siempre se tiene que improvisar, hacer que donde antes comían 50 y ahora son 200, pues que coman 200. Convertir las piedras en comida.

¿Y en Nuevo León?

Aquí en el Estado estamos mejor (que el sur o la frontera) porque aquí hay iniciativa privada que trabaja con las personas refugiadas, pero para que una persona se considere como refugiada tiene que hacer un trámite que puede tardar hasta año y medio. 

¿A qué se debe el tiempo de espera para este proceso?

Los servicios públicos no tienen capacidad administrativa para iniciar trámites que las personas migrantes necesitan para rentar una casa, trabajar o solicitar refugio en México. Pueden tramitar una visa humanitaria, pero si llega mucha gente de un golpe va a ser muy complicado. Lo ideal sería un cambio de política para el refugio y ver cómo podemos integrar a estas personas.

¿Es un problema también de financiamiento?

La Comisión Nacional de Ayuda a Refugiados (Comar) recibió este año 48 millones de pesos para su operación. Para este 12 de mayo ya se agotó el presupuesto. 

¿Qué le falta a la Comar?

Están operando a cómo pueden, 48 millones de pesos es bien poquito si se compara con los cientos de millones de pesos que se invierten en la represión, la contención y la deportación de los migrantes. La Comar sobrevive como puede, no se ve una política enfocada en la protección internacional de estas personas.

Según datos de la Segob, en Nuevo León hay 11 mil migrantes este año, ¿a qué se debe esto?

Hemos visto flujos muy abruptos. Llega gente de un jalón y luego ya no hay tanta. Se mueven mucho. Ahora con la cancelación del Título 42 y la desinformación que circula, la dinámica en la frontera está cambiando mucho. 

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