
Nahui Olin, una figura enigmática de las artes en el México del siglo XX
Por: Renata Martínez y Bárbara Martínez Campuzano
En las primeras décadas del siglo XX, en el marco de una sociedad moldeada por las políticas conservadoras del porfirismo, Carmen Mondragón, mejor conocida como Nahui Olin, se convirtió en una figura enigmática y controversial por su trabajo artístico, aseguró la ensayista mexicana Silvia Molina, en su conferencia Literatura y mujeres: escritoras mexicanas, presentada en el Museo del Noreste.
La conferencia fue organizada por el Seminario de Cultura Mexicana y formó parte del ciclo de conferencias Miradas a la cultura: De la música, la historia y la literatura. Molina estudió la licenciatura en Letras Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y realizó estudios en la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
La ponente recordó que Olin nació en 1893 y fue hija del general Manuel Mondragón durante el régimen porfirista, lo cual le permitió vivir con su familia en París, Francia, ciudad a la que llegó a la edad de cuatro años y en la que creció su interés y pasión por las artes.
De regreso a México estudió mecanografía y taquigrafía; hizo estudios de teoría musical en la Escuela Nacional de Arte Teatral; pintura en la Escuela Nacional de Bellas Artes, con el pintor Leandro de Rosado; y modelado con el escultor Arnulfo Domínguez Bello.
En 1913 se casó con el pintor mexicano Manuel Rodríguez Lozano y estuvieron juntos durante nueve años. Las preferencias sexuales de su marido y una serie de problemas generaron la separación. Al poco tiempo estableció una relación con el pintor y escritor mexicano Doctor Atl, quien le puso el seudónimo en náhuatl de Nahui Olin, que significa perpetuo movimiento. En esta etapa de su vida se detonó una transformación en torno a su estilo artístico.
“Escribe sin freno y rigor, pinta sin enredarse en técnicas ni escuelas, se deja abrir para expresarse libremente”, afirmó la conferencista.
De igual manera, Molina destacó el trabajo de Nahui Olin como caricaturista, una faceta de la cual no se conoce mucho. La artista comenzó a realizar caricaturas durante el tiempo en el que vivió en San Sebastián, España, en donde se refugió con su esposo Rodríguez Lozano durante la Primera Guerra Mundial.
Olin llegó a publicar una crónica sobre un viaje a Veracruz con el fotógrafo Antonio Garduño y el cineasta Enrique Bert, acompañada de una serie de caricaturas. Esto ha llamado la atención y la ha situado como una precursora de las tiras cómicas en el ámbito editorial mexicano.
En la última parte de la conferencia, en la sesión de preguntas, Molina relacionó a Nahui Olin con otras escritoras mexicanas del Siglo XX, mencionando a Antonieta Rivas Mercado, cuyas obras, vida y trágica muerte inspiró obras nacionales e incluso internacionales; y a Guadalupe Amor, o Pita Amor, quien sufrió por la muerte de su hijo y a la vez se volvió una gran poeta. Así fue como destacó que estas pertenecen a otro tiempo, con gafas para ver el mundo y elaborar arte.
Silvia Molina finalizó con la invitación a conocer y leer la escritura y bibliografía extensa y creativa de Carmen Mondragón. “Impulsarlos a que la lean, sobre todo que vean su pintura, sus caricaturas. Hay mucha bibliografía”.
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