
Uso de IA plantea dilemas a los estudiantes
Por: Mariana Acosta y Paulina Góngora
Aunque muchos estudiantes ya usan diferentes herramientas de Inteligencia Artificial (IA) para ayudarse en sus tareas o proyectos de la escuela y la universidad, lo hacen con desconfianza y temor porque no saben hasta qué punto es ético hacerlo y si está bien o mal o si esto les traerá alguna consecuencia académica.
Un grupo de alumnos discutió sobre las oportunidades, retos, desafíos y dilemas que se presentan por el uso de estas tecnologías durante el panel Desafíos para estudiantes: Uso responsable e íntegro de la IA, que se realizó el pasado 25 de septiembre durante el 12.° Congreso de Integridad Académica, Recursos de integridad en la era de la inteligencia artificial, que realizó la Universidad de Monterrey.
Quienes usan ChatGPT o cualquier otra inteligencia artificial para estructurar más fácil sus trabajos piensan en qué tanto pueden estar cometiendo plagio o deshonestidad académica.
Mariana Herrera, ingeniera industrial y de sistemas, estudiante de la maestría en Analítica e Inteligencia de Negocios en la Universidad de Monterrey y una de las participantes del panel, dijo que aunque el uso de estas tecnologías le ha sido de gran ayuda, cada vez que lo hace se enfrenta a un problema ético.
“¿Tengo que declarar en mis trabajos que usé estas herramientas? Y si lo hago, ¿por esto van a pensar que mi trabajo tiene menos valor porque recibí esta ayuda?”, manifestó la estudiante ante decenas de alumnos de distintas carreras y universidades que asistieron al Congreso.
María Alejandra Calderón Swain, profesora e investigadora de la Universidad Panamericana, miembro fundador de la Red para la Integridad Académica en América Latina y quien moderó el panel, respondió a la pregunta que formuló Mariana Herrera diciendo que los estudiantes sí tienen que declarar en sus trabajos cuando usan la inteligencia artificial y de qué manera la usaron.
Herrera agregó que también siente desconfianza al usar ChatGPT por el tema de los derechos de autor. “Me enteré que hay autores que han dicho que nunca le dieron acceso a la herramienta de tener la información de sus libros y, sin embargo, la tecnología entrega resúmenes de esos textos. Y al ser esta la herramienta que uso para que me dé un punto inicial en mis trabajos, me pregunto si está recopilando la información de forma ética y qué tanta culpa recaería sobre mí al utilizar esta tecnología”.
Mariana, junto con los otros dos panelistas: Andrés Martínez Coronado, estudiante de tercer semestre de Preparatoria de la Universidad Autónoma de Nuevo León; y Eugenio Alejandro Marty Murillo, estudiante de séptimo semestre de Derecho en la Universidad TecMilenio, coincidieron en que han utilizado la inteligencia artificial en su vida académica, pero con limitaciones, bien porque no confían al cien por ciento en el trabajo de estas tecnologías o porque solo las usan como apoyo y refuerzo.
“He utilizado estas herramientas para enfocar los temas y hacer resúmenes para que me sea más fácil estudiar. También, un profesor de química nos pidió hacer un reporte de laboratorio con inteligencia artificial para que aprendiéramos a usar estas tecnologías de manera adecuada”, contó Martínez Coronado.
Por su parte, Marty Murillo dijo haberlas usado para extraer datos de textos muy grandes o trabajos que requieren determinado formato, pero advirtió que la inteligencia artificial tiene una capacidad aún muy limitada y que no puede hacer todo lo que se le pide de manera correcta.
Mariana compartió que un uso útil que ella encontró en esta herramienta fue el simplificar la terminología de los textos en los que investigó para su tesis, siendo un refuerzo para comprender temas complejos que ella deseaba abordar en su trabajo. También ha usado inteligencia artificial para hacer lluvia de ideas antes de comenzar sus actividades y no partir de cero o como apoyo, en el caso de Grammarly, para revisar la ortografía de su escritura en inglés.
“Uno de nuestros profesores nos dijo que podíamos usar inteligencia artificial, pero nos advirtió que tuviéramos cuidado y revisáramos que lo hecho por la tecnología respondiera a nuestras peticiones o necesidades para no obtener resultados erróneos”, indicó Mariana.
Los tres participantes del panel coincidieron en la importancia de diferenciar entre el uso de la inteligencia artificial como herramienta para agilizar tareas simples y el ser un reemplazo de las habilidades del estudiante y el conocimiento que debe desarrollar al realizar una actividad de cualquier área profesional.
“No hay que permitir que la inteligencia artificial nos arrebate la oportunidad de desarrollar habilidades que necesitaremos emplear en nuestra vida laboral”, apuntó Marty Murillo.
Por otro lado, los alumnos resaltaron las bondades de la inteligencia artificial para ayudar en el aprendizaje autodidacta, usando esta tecnología por fuera del ámbito académico para consultar sobre diferentes temas de interés.
“No hay por qué satanizar estas herramientas, la responsabilidad recae en la persona, quien debe ser consciente del uso que le está dando”, afirmó la estudiante de la Universidad de Monterrey.
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