Para mantener y promover una cultura de integridad académica, el Centro de Integridad Académica de la Universidad de Monterrey realizó el 9no Congreso de Integridad Académica, que este año giró en torno al tema “Integridad: un desafío constante”, en el marco del Día Internacional de acciones en contra del contract cheating.
Durante la inauguración estuvieron presentes Mario Páez González, rector de la Universidad de Monterrey; Isabella Navarro Grueter, vicerrectora de Formación Integral; Luis Iturralde, vicerrector de Desarrollo; Patricio de la Garza Cadena, vicerrector Administrativo; y Eduardo García Luna, vicerrector de Ciencias de la Salud.
Así como Carlos Basurto Meza, vicerrector de Vinculación Efectiva y Servicios Académicos; Carlos García González, vicerrector de Educación Superior; y Susana Cuilty Siller, vicerrectora de Transformación Estratégica.
En su mensaje inaugural, el rector recordó que durante el último año y medio la sociedad ha enfrentado muchos retos, pero los más visibles fueron los relacionados a la gestión de la educación y la migración de la enseñanza y aprendizaje al plano virtual.
“Un desafío también importante, ha sido el de mantener la integridad académica en el formato de educación a distancia, a la que nos hemos visto obligados a migrar y que constituye un factor indispensable para alcanzar el objetivo de toda institución educativa: lograr en nuestros estudiantes los aprendizajes que hagan de ellos mejores personas para que, a su vez, ellos construyan mejores sociedades.
“En la Universidad de Monterrey estamos convencidos de que debemos impulsar el desarrollo de competencias que preparen a nuestros egresados, tanto en el ámbito profesional como en su comportamiento ético y, por ellos, desde hace nueve años promovemos este espacio con el objetivo de que profesores, estudiantes y colaboradores de instituciones educativas compartan recursos y experiencias que permitan reconocer, vivir y promover los valores de la integridad académica”, expresó el rector.
La primera conferencia del congreso fue “Del plagio a la suplantación: consecuencias indeseadas de las estrategias contra la deshonestidad académica” de Rubén Comas-Forgas, de la Universidad de les Illes Balears, en España.
En su intervención, el investigador mencionó que durante la pandemia el porcentaje de personas que aprueban los cursos es mayor que durante una situación regular. Para él, esto significa que antes no se aprobaban a personas que merecían pasar la clase, o que ahora están aprobando personas que no lo merecen.
“En esta situación, creo que ha jugado un papel muy importante la no presencialidad y la deshonestidad en las pruebas de evaluación”, señaló el profesor, quien ha estudiado la deshonestidad académica por más de una década.
Indicó que medidas para promover la originalidad en el estudio y desempeño de los estudiantes como sistemas de combate de plagio y los modelos de formación, inadvertidamente provocaron el surgimiento de nuevos métodos de deshonestidad académica.
“El problema ha mutado del plagio a la suplantación (que es la compra-venta de trabajos)…Lo que nosotros suponemos ha contribuido al éxito de esta tendencia es la oportunidad y la facilidad de encontrar empresas que se dediquen a esto, y la baja probabilidad de detección de plagio y la presencia de un vacío legal”, aseguró.
Comas-Forgas terminó su conferencia diciendo que este fenómeno es constante y sigue evolucionando, además de que no se limita a la academia, sino que permea otros ámbitos.
“Es importante atacar este problema, porque desprestigia la formación del estudiante, pone a los maestros en tensión constante, porque estás preocupado por si el estudiante ha copiado o no, en vez de ver si ha aprendido y, por último, supone un fraude, porque un alumno que ha utilizado estas prácticas va a obtener un título. Yo no quiero que un doctor que haya sacado así la carrera atienda a mi hija o a mis padres”, finalizó.
El congreso continuó con conferencias como “Aprendiendo de COVID-19: académico y pandémico en la era de la conectividad global” de Teddi Fishman, doctora investigadora de Estados Unidos, y “Retroalimentación efectiva: apoyando a los estudiantes a escribir su mejor trabajo original” de Patti West-Smith, de Turnitin.
De igual manera se realizaron varias conferencias simultáneas con expertos de más de 14 países como “Mejores prácticas y experiencias al abordar cuestiones de integridad académica” a cargo de Salim Razi, de Turquía; “Resoluciones restaurativas de mala conducta académica:¿qué pasa con las consecuencias?” de Paul Sopcak de Canadá; y “La biblioteca universitaria en la cultura de la integridad académica” de José Anguita González e Ignacio Oyarzun Ferrada de Chile.