«Filoctetes» o el arte de la tragedia política


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Enrique García Quiñones

“Filoctetes: Temo palabras. ¿No así me engañaste? Buenas palabras yo admití: malas resultaron las obras.”
Cuando leí por primera vez la tragedia de Filoctetes, admito que me tomó un tiempo concebir su final como trágico. La obra cierra con una escena feliz para Filoctetes: la gloria llegará tras vencer en la guerra para el ejército aqueo y será sanado de su tan molesta herida. Sin embargo, luego de leer y reflexionar la obra con detenimiento, percibí la tragedia y me percaté de que, en la actualidad, hoy vivimos la misma tragedia de Filoctetes.  Esa tragedia que vivimos es la destrucción de la confianza en el otro y particularmente en aquél otro que es autoridad nuestra. 

La guerra de Troya estalló y Agamenón convocó la ayuda de los ejércitos griegos. Filoctetes, el guerrero que portaba el arco de Heracles, acudió al llamado que lideraban siete naves de guerreros rumbo al campo de batalla. Acompañado por Odiseo, rey de Ítaca, Filoctetes hace una breve parada en la isla de Crisa, donde una serpiente venenosa mordió una de sus piernas, dejándole al héroe una herida que lo vuelve inútil. Ante la situación los compañeros lo atienden y continúan el viaje hasta que se hartan de él y Odiseo ordena abandonarlo en la deshabitada isla de Lemnos. 

Un tiempo después, la guerra continúa. Aquiles ha muerto y sus armas son cedidas a Odiseo y Áyax también acabó sin vida. No obstante, el conflicto estaba aún lejos de terminar cuando Odiseo capturó a un adivino troyano, mismo que reveló la única forma el arco de Heracles.

Al conocer esto, Odiseo planea volver a la isla de Lemnos, robar el arco que Filoctetes empuña y ganar la guerra. Con esta encomienda empieza la tragedia de Filoctetes. Odiseo, acompañado junto con Neoptólemo –hijo de Aquiles–, emprende un viaje a Lemnos y pretende persuadir al hijo de Aquiles de que se gane la confianza de Filoctetes para así quitarle su arco. Neoptólemo rechaza y reniega del plan de Odiseo, pero este le plantea un dilema: “… si eso no haces, a todos los griegos causarás perjuicios … no podremos conquistar a los troyanos”-¿No es preferible la muerte de un solo hombre que la de muchos? Neoptólemo, aunque reacio a la idea de ejecutar una traición, aceptó el plan, convencido por las razones que Odiseo expuso.

En este punto de la historia es claro el carácter maquiavélico de Odiseo puesto que está dispuesto a quitarle su único sustento a Filoctetes con tal de ganar la guerra; lo que importa es el fin no los medios “dice Neoptólemo ¿No es una vergüenza servirse de mentiras? No, si con mentir se saca el provecho personal responde Odiseo” Es inevitable no encontrar en Odiseo una sombra de los políticos contemporáneos que comparten con él no solo su método, sino que también su disposición a sacrificar la moral en nombre del poder; los políticos se permiten torcer la realidad con su lenguaje si con ello obtienen el favor de la mayoría. Pensemos en Donald Trump: representa un problema real y lo simplifica designando a un culpable, después divide a la población entre culpables y víctimas, dirige todos sus discursos a exaltar las virtudes de las víctimas y antagonizar a los culpables, y finalmente propone una solución totalmente radical que, al razonarla, encontraremos que realmente es más bien una solución retórica al problema. Esta comparación con Odiseo nos revela un político que planea cuidadosamente su engaño. Así como Odiseo primero tramó el engaño para ganar la guerra, así el político trama su engaño para ganar el poder. 

Más adelante en la historia, Neoptólemo decidió ayudar a Odiseo y se adhirió a su plan, tras ganar la confianza de Filoctetes, quien, como gesto de amistad, le pidió sostener el arco y las flechas de Hércules. Sin embargo, el hijo de Aquiles se compadeció de Filoctetes y reveló el mañoso plan de Ulises. Traicionado una vez más, Filoctetes exhibió una muestra de tristeza y furia.

El rol de Neoptólemo en la historia es medular, sin él Ulises no tiene como transmitir su engaño. Neoptólemo es un medio para llegar a Filoctetes. De modo similar, los medios de comunicación ejercen el rol de Neoptólemo, al transmitir el engaño que fue tramado por el político. Así como Odiseo necesita de Neoptólemo –no solo para transmitir sino también para acercarse a Filoctetes– el político necesita a los medios tanto para la difusión de su engaño como para dar credibilidad al mismo, de modo que sea posible aproximarse a su víctima. Aunque Neoptólemo transmite el engaño de Odiseo, también se arrepiente y lo revela, y la misma dualidad vive en los medios de comunicación.

 Tras la revelación de Neoptólemo, este último intenta convencer a Filoctetes de acompañarlo a Troya, ganar la guerra y sanar su herida. Filoctetes rechaza la invitación por miedo a ser traicionado de nuevo, los marineros intentan persuadirlo de confiar, pero ya había perdido su capacidad de hacerlo, puesto que transgredieron su confianza en repetidas ocasiones. Sin embargo, Hércules apareció para convencer a Filoctetes de que lo dicho por los marineros y el hijo de Aquiles era parte del plan de Zeus. Solo así, Filoctetes fue convencido de dirigirse a Troya y combatir con los griegos.

El sufrimiento que atormenta a Filoctetes es bien comprendido por una contemporaneidad sumergida en la desconfianza y la duda provocadas por las repetidas transgresiones de la autoridad. Es importante recordar la tragedia de Filoctetes porque nos relata un proceso que vivimos todos los días: se presenta el engaño –Odiseo como representación del político–, luego se comunica –Neoptólemo funge, en esta obra, con el papel de los medios de comunicación– y la confianza se extingue –Filoctetes ocupa el sitio del público–. Además, la tragedia griega aquí referida sirve como advertencia de que ya hemos sobrepasado la desconfianza de Filoctetes, porque donde Filoctetes descansó, hoy muchos no pueden descansar. 

Porque Filoctetes se supo transgredido por los hombres que le presidían, pero descansó en lo divino, nosotros nos sabemos transgredidos por quienes nos gobiernan, mas no todos descansamos en Dios.

Con el objetivo de motivar la participación ciudadana y para garantizar un tratamiento informativo adecuado frente a los contenidos presentados, los invitamos a escribir a agencia2@udem.edu en caso de dudas, aclaraciones, rectificaciones o comentarios.

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