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Lourdes Zambrano (al fondo, de blusa rosa) durante un taller de alfabetización digital en el que adultos mayores aprenden a usar herramientas tecnológicas y a reconocer contenido generado con inteligencia artificial. Foto: Cortesía

Integración de adultos mayores al mundo digital, una tarea pendiente


Por: Santiago Isla Quiroz y María Renee Laserna Yanez

En una época en la que los avances y cambios tecnológicos se dan a gran velocidad que ni siquiera las nuevas generaciones logran seguirles el ritmo, las periodistas Lourdes Zambrano y Syndy García se propusieron impartir capacitaciones para adultos mayores, a quienes les enseñan desde manejar las funciones básicas de un celular y el uso de aplicaciones, hasta el reconocimiento de inteligencia artificial y a prevenir fraudes y estafas digitales.

“Queremos que le pierdan el miedo a la tecnología, que amplíen sus conocimientos, que logren ser independientes y que puedan integrarse más fácil al mundo digital porque esto les permitirá participar de nuevas formas en la sociedad”, dijo Zambrano, fundadora de Digitalis, un emprendimiento social que busca empoderar a las personas, de todas las edades, en el conocimiento y uso crítico, responsable y ético de las herramientas digitales y las nuevas tecnologías.

Esta iniciativa de alfabetización digital nació de la idea de ayudar a la comunidad en la toma de decisiones, en la expresión de sus ideas y socialización, y en encontrar maneras seguras para interactuar en el mundo digital, explicó Zambrano.

Para esto, algunos de sus talleres y charlas están dirigidos a personas mayores de 60 años, quienes no tienen el chip tecnológico con el que están naciendo las nuevas generaciones y, por tanto, tienen mayor dificultad para manejar las herramientas digitales e identificar contenido hecho con inteligencia artificial.

“Escuchaba constantemente en mi entorno social que los adultos mayores tenían problemas para utilizar el celular, que eran víctimas de fraudes digitales y estafas, y que tenían dificultades con el manejo de información en redes sociales, sobre todo en WhatsApp, por donde les llegaban muchas cadenas con videos y fotografías que les compartían y que ellos, por reflejo, decidían también compartir. Y me di cuenta entonces que en este rango de edad, que posee menos habilidades y conocimientos técnicos, había una necesidad específica de manejo de herramientas tecnológicas”, afirmó Zambrano.

Durante los talleres con los adultos mayores descubrieron que algunos de sus alumnos tenían inquietud por conocer el funcionamiento de algunas herramientas como ChatGPT o Meta AI, que algunos ya las usaban y querían perfeccionar sus conocimientos, y que sus experiencias con el uso de la IA varían dependiendo de su nivel socioeconómico, su acceso a internet, de si saben o no hablar inglés, o de si tienen redes sociales.

“Aunque los grupos no son homogéneos, pues nos hemos encontrado con personas más abiertas y dispuestas que otras a aprender sobre las cuestiones digitales, en general sí hemos visto que tienen deseos de aprender, que se muestran curiosos, receptivos y agradecidos del aprendizaje que adquieren”, dijo la instructora.

En los talleres también se muestran fotos y videos generados con inteligencia artificial para que los alumnos aprendan a identificarlos porque muchas veces se usan para cometer estafas. En este aspecto, Zambrano dijo que los asistentes pueden identificar las imágenes generadas con IA cuando son básicas y no muy elaboradas; sin embargo, cuando usan ejemplos creados con Midjourney, cuyas imágenes son más realistas, las personas no alcanzan a distinguirlas y a diferenciarlas con facilidad.

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Participantes de Digitalis utilizan aplicaciones móviles para ejercitar la memoria y mantenerse comunicados con familiares. Foto: Cortesía

En los videos es en donde los alumnos tienen más dificultad, afirmó. Para enseñarles, las instructoras usan deepfakes, es decir, videos que fueron creados o manipulados con inteligencia artificial para hacer creer que son reales y luego son usados para cometer estafas. Las instructoras les enseñan a descubrir detalles en ellos que los delatan como falsos, como el movimiento de la boca que hace parecer a los personajes como ventrílocuos.

“En algunos casos, los alumnos se dejan llevar por su sentido común y descubren cuando un video es falso. Algunos tienen buen pensamiento crítico y usan sus experiencias de vida para deducir que no es lógico lo que dicen en estos videos”, señaló.

Durante su experiencia impartiendo estos talleres, la instructora se ha encontrado con distintas actitudes hacia el aprendizaje del uso de la tecnología y la inteligencia artificial. “Hay alumnos que toda su vida han sido tecnológicos, que han seguido el ritmo de las innovaciones, y se les facilita, pero hay otros que dejan a sus hijos y nietos hacer el trabajo por ellos, por lo que no han desarrollado esa habilidad y se tardan más que sus compañeros en aprender”.

Existe también una resistencia de parte de algunos adultos mayores para aprender a usar la nueva tecnología por los prejuicios que tienen de ella. “Dicen que es algo que no necesitan, y al ver a sus nietos en su celular, sienten una molestia hacia ellos y deciden no aprender a usar la herramienta por miedo a caer en la adicción al celular y empeorar sus relaciones familiares”, detalló Zambrano.

La instructora hizo un buen balance de los talleres que ha impartido y resaltó experiencias como el cambio en la actitud de una alumna, quien no manejaba bien la Inteligencia Artificial, ya que no estaba familiarizada con el vocabulario que debía usar. Durante el taller se le animó a tener confianza en usar su celular. “Es muy importante que agarren confianza y que se den cuenta que tienen esa autonomía para poder controlar su dispositivo y decidir qué hacer con él y la información que manejan”, aseguró la instructora.

Zambrano dijo que en los cursos se les comparte además información valiosa y útil para su día a día relacionada con el manejo de distintas aplicaciones que pueden usar en su propio beneficio y que los apoyan, como MindMate, una app gratuita que ofrece ejercicios cognitivos que se enfocan en la memoria, atención y reconocimiento de patrones, además de ejercicios físicos, como yoga y cardio.

Otra aplicación que les enseñan a usar es MyTherapy, la cual da recordatorios de cuándo tomar sus medicamentos y cuánta dosis necesitan, y documenta su presión arterial, dolores de espalda y estado de ánimo, entre otros indicadores de salud. También, SnugSafe, una aplicación que se puede usar para comunicarse con familiares en el exterior y es para quienes no tienen la oportunidad de realizar o recibir una videollamada diaria y quieren tener la tranquilidad de saber que sus seres queridos están bien.

Zambrano dijo que, para lograr reducir la brecha generacional, se debe apoyar a los adultos mayores para que desarrollen habilidades y puedan usar las nuevas tecnologías de la misma forma que un joven las utiliza. “Es común que los adultos mayores dependan de sus hijos para la parte tecnológica y esto se puede resolver si en lugar de hacerles las cosas se les explica el procedimiento”.

Estos talleres para los adultos mayores no sólo buscan darles esas herramientas y ayudarlos para que no caigan en estafas digitales, sino también ayudarlos a desarrollar habilidades digitales para que puedan interactuar en espacios ciudadanos, participar en la sociedad, dar sus opiniones, expresar inquietudes y proponer algunas mejoras, señaló Zambrano.

Con el objetivo de motivar la participación ciudadana y para garantizar un tratamiento informativo adecuado frente a los contenidos presentados, los invitamos a escribir a agencia2@udem.edu en caso de dudas, aclaraciones, rectificaciones o comentarios.

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