¿Cómo se gestó la crisis política en Perú?


La decisión del presidente de Perú, Pedro Castillo, de decretar un gobierno de excepción y disolver el Congreso lo convirtió en el quinto mandatario destituido de su cargo en menos de cinco años. Tras tomar el poder en julio del año pasado, el profesor rural no ha podido frenar la descomposición institucional de la nación, dado que en aquel país se vive una crisis política que se remonta incluso a gobiernos anteriores. 

Desde 2016, Perú enfrenta una crisis porque los Parlamentos y presidentes en turno buscan eliminarse por desacuerdos entre sí. En 2019, el mandatario Martín Vizcarra (2018-2020) disolvió el Congreso e invitó a elecciones legislativas. En el 2020 el nuevo Legislativo removió a Vizcarra de su cargo. 

Posteriormente, Manuel Merino tomó el puesto pero lo abandonó en menos de una semana debido a las marchas que dejaron dos muertos y 200 heridos. Luego llegó al poder Francisco Sagasti, quien tras nueve meses le entregó el puesto a Pedro Castillo.

En 1992, el expresidente Alberto Fujimori –quien se encuentra cumpliendo su sentencia en la Dirección de Operaciones Especiales de la capital de este país– disolvió el Parlamento y pasó ocho años más en el cargo hasta que concedió el poder a raíz de escándalos de corrupción en la compra de congresistas de otras bancadas.

En busca de cambiar el rumbo, Castillo durante su gobierno intentó remodelar su gabinete por lo menos en cuatro ocasiones, sin embargo, el Congreso –dominado por la derecha– y la Fiscalía maniobran desde noviembre de este año para destituirlo, a su vez, las Fuerzas Armadas y policiales le retiraron su apoyo y Estados Unidos rechazó su decisión extraconstitucional de cerrar el Parlamento.

Luego de anunciar la disolución del Congreso, maniobra calificada como “golpe de Estado” por el Tribunal Constitucional, la Corte Suprema y la Defensoría del Pueblo, la reorganización del sistema de justicia al obligar a quienes poseen armamento ilegal a entregarlo a la Policía Nacional en un plazo de 72 horas, entre otras medidas, el mandatario enfrenta cinco investigaciones en su contra, cuatro por presunta corrupción y otra por supuesto plagio en su tesis de maestría realizada hace una década.  

Pedro Castillo fue destituido por incapacidad moral, una cláusula incorporada a las leyes constitucionales peruanas hace más de 180 años y que es la octava vez desde el año 2017 que el Parlamento ha usado dicho argumento para remover presidentes, lo que agrava la crisis política y genera una inestabilidad en el gobierno peruano.

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