Sequía en Nuevo León disminuye después de lluvias
Por: Agencia Informativa UDEM
Las lluvias de noviembre, que dejaron un promedio acumulado mayor a los 104 milímetros de precipitación, y que convirtieron a este mes como el más lluvioso del año, no fueron suficientes para superar la sequía que afecta al Estado.
Aunque la lluvia recibida sí redujo en noviembre los niveles de sequía en Nuevo León, la conclusión es que hay más sequía que en el mismo mes de 2022, según datos del Monitor de Sequía de la Comisión Nacional del Agua.
Las precipitaciones de noviembre redujeron los municipios del Estado afectados de 35 a 19, pero en el mismo mes del año pasado sólo había un municipio con sequía.
Datos del Monitor de Sequía indican que, de estos 19 municipios, 13 se encuentran en una sequía moderada, tres en sequía severa y tres en condición extrema.
Los tres municipios del Estado con sequía extrema son Aramberri, Gral. Zaragoza e Iturbide, los cuales se encuentran en un nivel D3, clasificación que implica riesgos mayores de pérdidas en cultivos y pastos, y peligro extremo de incendios forestales, según explica la Comisión Nacional del Agua.
En tanto, los tres municipios del Estado con sequía severa son Galeana, Hualahuises y Linares.
A nivel nacional, al finalizar noviembre, el 53.6% del territorio nacional registró algún grado de sequía, del cual el 18.9% presentó sequía extrema.
Las regiones del país más afectadas fueron: «Sonora, el poniente de los estados de Chihuahua y Durango, además del sur de Tamaulipas, donde la sequía se incrementó, pasando de severa a extrema», señala el reporte de la Conagua.
En Nuevo León, los cortes de agua continúan y en algunas zonas se han incrementado las horas en que los ciudadanos no cuentan con el servicio.
Datos de la Conagua indican que el nivel de las presas en Nuevo León sigue siendo crítico, especialmente la de Cerro Prieto que se encuentra en 10.9% de su capacidad, y la presa La Boca que reporta 13.9% de llenado. El Cuchillo presenta un nivel de 44%.
El organismo advierte que para lo que resta del año se esperan un 6% menos lluvias que el promedio histórico, lo que confirma al 2023 como el segundo año con más escasez de agua lluvia, después de 2011.
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