El teatro como herramienta de sanación


El teatro es un arte escénico cuyo propósito principal es entretener y conectar con las personas. Se dice que es un medio de encuentro, pues comparte tiempo y espacio entre los espectadores y, al mismo tiempo, entre los actores que dan vida a las historias que se presentan.

El arte teatral va mucho más allá del entretenimiento. Los recursos expresivos que ofrece el teatro en vivo pueden conectar con muchos corazones y despertar emociones nuevas, provocarnos tanto risas como lágrimas desde un lugar de empatía y conexión. Por eso, en la actualidad, el teatro se ha convertido también en una herramienta psicológica y terapéutica. Ha salido de las butacas para ayudar a muchas personas a sanar heridas y, al menos por un momento, olvidarse de todo lo que las rodea como una forma de sanación.

Según la Gaceta CCH de la UNAM, la conexión entre la terapia y el teatro se basa principalmente en el reconocimiento de las emociones, el desarrollo de la empatía y la capacidad de comunicación. Tras vivir alguna situación emocionalmente intensa o negativa, cuya consecuencia haya sido un trastorno como estrés postraumático o depresión, el teatro puede contribuir a la recuperación emocional. Su poder sanador reside en que permite sentir sin actuar: una forma de distracción donde, en realidad, se encuentra alivio.

Existen muchos testimonios que lo respaldan. Uno de ellos es el de Sofía Malagón, mujer de 64 años y paciente de Parkinson, quien participó en el estudio Efficacy of a Theatre-Based Intervention in Patients with Parkinson’s Disease, elaborado por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). En dicho estudio, comparte el siguiente testimonio: “El teatro ha favorecido mi autoconocimiento y mi autoestima. Me ha ayudado a superar el peor momento de la enfermedad y ha fortalecido mi confianza en mí misma” (La Vanguardia, 2025).

El teatro con fines terapéuticos puede abordarse de dos maneras: ver teatro y hacer teatro. Ambas contribuyen significativamente a la forma en que percibimos la vida, cómo nos enfrentamos a ella y la empatía con la que la vivimos. Al participar activamente, la experiencia se intensifica, ya que a través de la actuación es posible comprender las propias emociones de un modo más profundo, al ponerse en los zapatos de otro y afrontar su historia.

Entre los principales beneficios de utilizar el teatro como herramienta de sanación están la catarsis —es decir, identificarse con un personaje o situación para liberar o dejar de reprimir ciertas heridas—, la empatía, la conexión emocional, la reflexión personal que favorece la toma de decisiones y, finalmente, la motivación.

La dramaterapia y el psicodrama son dos técnicas terapéuticas ampliamente utilizadas por psicólogos y psiquiatras. El teatro no solo es entretenimiento: es humanismo, vida, empatía y sanación. Es un espacio de encuentro con uno mismo y con los demás, donde la emoción compartida nos permite ver el mundo desde distintas perspectivas, con el principal objetivo de conectar.

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